El tema que nos ocupa es «la actitud». Muchas veces a lo largo del camino de la docencia marcial, mencionamos ésa palabra a nuestros alumnos,
pedimos que mantengan un «correcta actitud» con la práctica, pero entendemos realmente que es ello.
Podemos definir la actitud como la forma o manera de actuar de una persona, es decir, el comportamiento que emplea un individuo para hacer las cosas.
Por otro lado Kimball Young asegura: «Se puede definir una actitud como la tendencia predisposición aprendida, más o menos generalizada y de tono afectivo, a responder de un modo bastante persistente y característico, por lo común positiva o negativamente (a favor o en contra), con referencia a una situación, idea, valor, objeto o clase de objetos materiales, o a una persona o grupo de personas».
Es decir, podemos establecer que, a medida que indagamos en ello, empezamos a encontrar muchos elementos o componentes que se hacen presentes a la hora de definir LA ACTITUD.
Podríamos, entonces, establecer tres componentes de la actitud:
1. COMPONENTE COGNOSCITIVO: para que exista una actitud, es necesario que exista también una representación cognoscitiva del objeto, en este caso, el contexto de la práctica podemos citar
las motivaciones diversas del alumno; de porque estar ahí y su visualización interna, su pensamiento hacia la práctica. Todo esto está formado por las percepciones y creencias hacia un objeto, así como por la información que tenemos sobre un objeto.
2. COMPONENTE AFECTIVO: es el sentimiento en favor o en contra de un objeto social, en este caso la práctica marcial. Es el componente más característico de las actitudes. Aquí radica la diferencia principal con las creencias y las opiniones, que se caracterizan por su componente cognoscitivo.
3. COMPONENTE CONDUCTUAL: es la tendencia a reaccionar hacia los objetos (la práctica) de una determinada manera. Es el componente activo de la actitud. Es decir, existe acción, lo que a grandes rasgos, los docentes perciben primero de sus alumnos.
Por otro lado, la persona no puede ser dividida en partes, sino que siempre y en todo momento tiene que ser considerada como una unidad, por ello, la integridad personal no puede ser dividida.
No es posible para un individuo actuar sin ética o conducta correcta, en un área de su vida, sin que ello afecte su sistema completo de valores. Como resumen entonces, podemos establecer que:
La Integridad personal contiene lo actitudinal hacia todos los avatares y experiencias de la vida, conteniendo para ello, tres componentes fundamentales:
• Cognoscitivo.
• Afectivo.
• Conductual.
Es decir, como docentes nos encontramos ante un gran desafío como moldeadores de conductas y actitudes, el tener en cuenta la repercusión de nuestras directrices y enseñanzas, nos harán posicionarnos con responsabilidad en el rol que nos toca ocupar en el mundo de hoy.